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Didáctica: El Arte de Enseñar
Lo primero que haré es confesarme pecador. Sí, soy pecador, en el contexto didáctico de las concepciones previas, pues antes de la primera clase ya tenía en mi cabeza una idea o un juicio previo de lo que podría, debería o me gustaría que fuera la clase y la asignatura. Incluso más, me había hecho una imagen de lo que iban a ser mis compañeros, la sala de clases, la universidad, etc. y cuando todo comenzó a ocurrir de verdad hice la comparación con mi idea previa e incluso me vi rechazando algunos hechos que no se ajustaban a mi concepción anticipada de la cosas. Estoy hablando, por cierto, de "Concepciones previas conscientes", las inconcientes se quedan ahí hasta que las elimine de algún modo. A todo esto: ¿el propósito de las estrategias didácticas es hallar esas concepciones previas y construir conocimiento utilizándolas como base cognitiva? Porque a fin de cuentas, para aprender es necesario "saber algo antes", y si eso que sabemos (imaginamos, idealizamos) de antemano son, en efecto, las concepciones previas, todo lo que nos resta por hacer es localizarlas y construir sobre ellas. En tal caso las concepciones previas tendrían también una connotación positiva porque constituyen la base sobre la cual se construye el conocimiento; es decir, sin ellas no se podría enseñar, pues el proceso enseñanza-aprendizaje es quizás un proceso en el cual comparamos y diferenciamos el saber acumulado con el nuevo. Las concepciones previas deben ser, en general, ideas desordenadas que pululan en nuestra cabeza; la tarea del profesor sería entonces encontrar el hilo conductor de dichas ideas, estructurarlas y luego, sobre esa estructura, enseñar. Suena sencillo, ¿verdad? Claro, el papel lo resiste todo, pero en la práctica no es fácil, porque en todo este proceso se requiere que tanto el profesor como al alumno hablen un lenguaje común (no sólo un idioma común o palabras en común) para poder comprenderse mutuamente, y a veces, el lenguaje de los alumnos contiene códigos de diversos significados que contrasta con el lenguaje académico (por lo menos en principio académico) y preciso que maneja el profesor, lo que hace de la tarea enseñanza-aprendizaje un problema complejo y cuando las cosas están demasiado enmarañadas, como decía un profesor de matemáticas, aparece el arte: La Didáctica.
Espero contrubuir al conocimiento o desconocimiento de los lectores.
saludos
C
1 comentario:
César:
Lo importante aqui sería lograr un clima socioafectivo que sea propicio para el aprendizaje. Sólo en un buen ambiente de aula los estudiantes dejarán ver sus concepciones previas y el profesor podrá aprovecharlas para intentar generar conocimiento nuevo.
Si el ambiente de aula es tenso, poco democrático, con frecuentes asaltos a la dignidad del estudiante, entonces los estudiantes nunca querrán preguntar, y las concepciones previas persistirán sin que nos demos cuenta.
Con respecto a la evaluación de tu edublog, te sugiero que incluyas las fuentes de información qu estás utilizando para fundamentar tus dichos.
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